Sumergirse en la ciudad de Urbino es emprender un auténtico viaje urbano de subidas y bajadas a través de callejuelas empedradas, escaleras ocultas y pequeñas plazas secretas donde, en cada rincón, asoman antiguas capillas, palacios que aún albergan la Universidad o animados rincones frecuentados por estudiantes.

Ubicada entre los valles del Metauro y del Foglia, sobre suaves colinas que descienden hacia el mar Adriático, esta ciudad narra su historia como centro del Renacimiento italiano a través de un patrimonio artístico y arquitectónico que cautiva a cada paso.
En los alrededores, colinas onduladas y antiguos bosques se alternan con pintorescos pueblos, ofreciendo escenas de naturaleza virgen y ambientes cargados de historia.
Así, este rincón de Las Marcas se convierte en una invitación a un viaje pausado y sorprendente: explorando callejuelas medievales, descubriendo rutas panorámicas a pie o en bicicleta de montaña, y saboreando el simple placer de una fragante crescia sfogliata.
Urbino: Guardiana de obras maestras y el Saber
Pasear por las calles empedradas de Urbino es como retroceder a la época dorada del Renacimiento. En el siglo XV, la ciudad emergió como uno de los focos de la cultura humanista italiana. En 1998, su centro histórico —notablemente bien conservado— fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, reconocido por su excepcional tejido urbano y por haber atraído a artistas y eruditos como Piero della Francesca, Luciano Laurana, Leon Battista Alberti y Giovanni Santi, padre de Rafael.

Hoy en día, Urbino aún conserva la armonía de un microcosmos a escala humana. Su corazón palpitante es el majestuoso Palacio Ducal, ahora sede de la Galería Nacional de Las Marcas, cuyas elegantes líneas dialogan con la fachada trasera de la Catedral, también diseñada por Francesco di Giorgio Martini para el duque Federico da Montefeltro y posteriormente renovada en estilo neoclásico. Desde la Fortaleza Albornoz —hogar del Museo “Bella Gerit” de hallazgos arqueológicos y armamento histórico— se puede disfrutar de uno de los panoramas más evocadores de la ciudad. Una visita a la Casa Natal de Rafael es igualmente imperdible: aquí, el joven artista dio sus primeros pasos bajo la guía de su padre, y la casa aún irradia la magia de sus orígenes.

Cada mirador revela una vista única de las colinas circundantes, pintadas en tonos de verde y ocre, como una obra maestra renacentista viviente.
Pueblos auténticos y ambientes con encanto
En el campo que rodea a Urbino, Las Marcas cobran vida a través de encantadores pueblos, cada uno guardián de historias y tradiciones milenarias. Gradara, encaramada en su colina, seduce a los visitantes con su Castillo Malatestiano —escenario de legendarias historias de amor que aún resuenan entre sus almenas. Un poco más allá, Fossombrone, enmarcada por las tranquilas aguas del Metauro, revela ruinas romanas y estrechas callejuelas medievales perfectas para perderse entre patios ocultos y palacios históricos. Mondavio, rodeada por murallas intactas, ofrece vistas de torres circulares y bastiones panorámicos: a lo largo de sus calles adornadas con flores se encuentran talleres artesanales que exhiben cerámicas y artículos de cuero locales, mientras que las tabernas en la plaza invitan a degustar un vaso de Rosso Conero acompañado de tagliatelle caseras.

Joyas ocultas como Urbania, conocida como la capital italiana de la talla en madera, y Sassocorvaro, con su Rocca Ubaldinesca que domina el río Foglia —ideal para un paseo al atardecer— añaden encanto a la región. En primavera, los prados circundantes florecen con retamas y margaritas, mientras que las colinas ofrecen senderos para caminatas y rutas ciclistas que conectan estos pueblos en un itinerario pausado, salpicado de antiguos eremitorios y panoramas infinitos. En cada parada, te sentirás tentado a probar vinos orgánicos en enotecas locales, saborear crescia salate recién horneadas y descubrir el rostro más auténtico de Las Marcas.
Las colinas de Montefeltro y su entorno natural

No es casualidad que las colinas de Las Marcas sean tan queridas por los aficionados al senderismo y la bicicleta de montaña: los panoramas son impresionantes y los senderos serpentean rápidamente hacia pueblos en las cimas de las colinas y capillas aisladas. Las colinas bañadas por el sol del Montefeltro —modeladas por siglos de trabajo campesino— se despliegan en un mosaico de bosques de roble, antiguos castañares y campos dorados de trigo y girasoles.
Con 1.415 metros, el Monte Carpegna domina el horizonte, ofreciendo vistas de 360°: en los días más claros se pueden distinguir las colinas de Las Marcas, el Adriático y la cadena de los Apeninos más allá. Los senderos señalizados por el CAI, como la ruta nº 103 en el Parque Natural Regional Sasso Simone e Simoncello, conducen a paisajes de badlands esculpidos por el viento, vistas impresionantes y refugios de montaña donde se puede hacer una pausa para disfrutar de especialidades locales.
Locanda della Valle Nuova: Un oasis ecológico para tu estancia en Urbino



A pocos kilómetros de Urbino, escondida en el tranquilo campo de Fermignano, Locanda della Valle Nuova, la opción perfecta para quienes buscan una estancia auténtica y sostenible. Los apartamentos —cuidadosamente restaurados en una casa de campo de los años 20— cuentan con cocinas completamente equipadas, terrazas privadas y un mobiliario que combina diseño moderno con calidez y confort.
Aquí, el 100 % de la electricidad y calefacción proviene de fuentes renovables: paneles fotovoltaicos y colectores solares trabajan en armonía con un sistema eficiente de calefacción a leña, alimentado con madera procedente de bosques gestionados de forma responsable.


Las mañanas comienzan con productos locales de kilómetro 0, y dos veces por semana, con reserva previa, se puede disfrutar de un almuerzo preparado con verduras frescas del huerto ecológico. Para quienes desean explorar, hay bicicletas de alquiler, paseos a caballo y excursiones para buscar trufas, mientras que la piscina panorámica ofrece momentos de pura relajación con vistas a las colinas onduladas.