En un mundo donde viajar suele consistir en marcar casillas y correr de una foto a otra, está teniendo lugar una revolución silenciosa. Se llama slow travel, o viaje lento, un movimiento que desafía la idea de que la velocidad equivale a experiencia. En cambio, el slow travel propone profundidad en lugar de distancia, sostenibilidad frente al consumo y bienestar en lugar de agotamiento. Y a medida que más viajeros buscan alinear sus recorridos con sus valores, los itinerarios sostenibles emergen como una opción no solo mejor para el planeta, sino también para nuestra salud física y mental.
Bienvenidos a una forma más amable y verde de descubrir el mundo, donde el viaje importa tanto como el destino.
¿Qué es el slow travel?

En esencia, el slow travel se basa en vivir experiencias inmersivas y conscientes. Anima a los viajeros a pasar más tiempo en menos lugares, conectar con las comunidades locales, apoyar pequeños negocios y reducir su huella ecológica. En lugar de visitar tres países en una semana, quien viaja lento tal vez pase ese tiempo en un solo pueblo, aprendiendo sus tradiciones, entornos naturales y ritmo de vida.
Este movimiento se inspira en la filosofía slow food, nacida en Italia, que valora la comida local, tradicional y sostenible frente a los productos procesados y rápidos. De manera similar, el viaje lento valora la autenticidad, la cultura y las decisiones conscientes.
Por qué son importantes los itinerarios sostenibles

Frente al cambio climático y el turismo de masas, la necesidad de soluciones de viaje ecológicas nunca ha sido tan urgente. El turismo convencional contribuye de forma significativa a las emisiones globales de carbono, la degradación de hábitats y la pérdida de identidad cultural. Ciudades como Venecia o Barcelona son hoy símbolos de este desequilibrio, luchando por preservar su esencia ante la llegada masiva de visitantes.
Los itinerarios sostenibles ofrecen una alternativa real. Suelen incluir:
- Alojamientos ecológicos como agroturismos, eco-lodges o B&B locales con certificación ambiental.
- Transporte de bajo impacto como bicicleta, senderismo o trenes eléctricos.
- Gastronomía local y orgánica, que apoya a los agricultores regionales y reduce la huella alimentaria.
- Actividades en la naturaleza como la observación de aves, baños de bosque o rutas botánicas.
- Intercambios culturales: talleres, clases de cocina o voluntariado con ONGs locales.
Plataformas como Ecobnb facilitan la planificación de estos itinerarios, conectando a viajeros responsables con alojamientos y servicios certificados.
Beneficios para la salud del viaje sostenible y pausado

Curiosamente, lo que es mejor para el planeta también lo es para nuestro cuerpo y mente. Los viajes acelerados pueden ser agotadores. El jet lag, los traslados constantes, la mala alimentación y la falta de descanso generan lo que se conoce como fatiga del viajero: una mezcla de agotamiento físico y mental que puede arruinar la experiencia.
El viaje lento y sostenible promueve, en cambio:
1. Menor estrés
Al eliminar la presión de “verlo todo”, se favorece la atención plena. Ya sea tomando una infusión en los Alpes o escribiendo en tu diario junto a un lago en Eslovenia, estás permitiendo que tu sistema nervioso se relaje. Estudios demuestran que estar en la naturaleza reduce el cortisol, mejora el estado de ánimo y refuerza el sistema inmune.
2. Mejora cardiovascular
Muchos itinerarios sostenibles integran formas de transporte activo como caminar, pedalear o remar, actividades que contribuyen a fortalecer el corazón, reducir la presión arterial y aumentar la resistencia. A diferencia del carácter sedentario de los viajes en avión o autobús turístico, el slow travel fomenta el movimiento natural, incorporando ejercicio físico en la rutina diaria sin que se sienta forzado.
3. Mejor digestión y nutrición
Viajar de forma sostenible implica comer productos frescos y de temporada. Desde desayunos con huevos de corral hasta fruta recogida en huertos permaculturales, la cocina local suele ser más nutritiva y libre de aditivos. Además, comer tranquilamente mejora la digestión y la absorción de nutrientes.
4. Bienestar mental y emocional
El viaje inmersivo fortalece la conexión con el entorno, con los demás y contigo mismo. Quienes practican el slow travel reportan mayor satisfacción vital, empatía y sentido de propósito. Aprender palabras en otro idioma, participar en talleres de artesanía o colaborar en un huerto comunitario puede reavivar la curiosidad y la alegría.
Consejos para adoptar el slow travel en tu próximo viaje

🌿 Elige alojamientos ecológicos
Busca opciones que usen energías renovables, reduzcan residuos y apoyen prácticas éticas. Ecobnb te permite filtrar alojamientos con certificación sostenible.
🚲 Replantea el transporte
Elige trenes antes que aviones, sobre todo en regiones como Europa o Japón. Para explorar localmente, alquila una bici o camina: es más saludable y enriquecedor.
🧘 Deja espacio en tu agenda
No sobrecargues tu itinerario. Reserva un hueco para la espontaneidad, la calma y el descanso. Quédate varios días en un mismo lugar para sentirte parte de él.
🍎 Consume local, come de temporada
Apoya restaurantes familiares, compra en mercados de agricultores y prueba platos tradicionales. Es más sano y fortalece la economía local.
🌍 Sal de los circuitos turísticos
Explora regiones menos conocidas que necesitan el turismo para sobrevivir. Tu experiencia será más auténtica y ayudarás a reducir la presión en destinos saturados.
Ejemplos de itinerarios verdes para inspirarte

¿Te hacen falta ideas para empezar? Aquí tienes algunos ejemplos de slow travel que combinan sostenibilidad y bienestar:
- Toscana eco-sostenible: Hospédate en villas con energía solar, visita viñedos orgánicos y pedalea por colinas saboreando aceite de oliva y vinos locales.
- Retiro ecológico en Eslovenia: Recorre los Alpes Julianos a pie, duerme en glampings de madera reciclada y practica yoga junto a un lago.
- Costa del Alentejo, Portugal: Camina la Rota Vicentina, degusta marisco atlántico y relájate en cabañas autosuficientes con vistas al mar.
Reflexión final: menos es más

El slow travel no es una moda pasajera, sino un cambio de mentalidad. Nos invita a replantearnos el porqué de nuestros viajes. ¿Queremos coleccionar sellos en el pasaporte o historias que nos transformen? ¿Consumir lugares o conectar con ellos?
Al elegir itinerarios sostenibles, no solo reducimos nuestro impacto ambiental, sino que enriquecemos nuestras vidas: física, emocional y espiritualmente.
La próxima vez que planifiques una escapada, resiste la urgencia de correr. Muévete despacio, respira hondo y viaja con intención. Porque, al final, ir despacio puede ser la forma más rápida de volver a enamorarte del mundo.

Autor: Michael Bentos
Michael Bentos es escritor especializado en sostenibilidad y entusiasta del ecoturismo. Con formación en salud ambiental y años de experiencia viajando por los rincones más verdes de Europa, comparte ideas prácticas para explorar el mundo de forma más responsable. Colabora habitualmente en plataformas como Mybiosource, donde escribe sobre salud, ciencia e innovación verde.