Cuando pensamos en la Costa Blanca, lo primero que nos viene a la mente son playas de aguas turquesa y resorts turísticos. Pero más allá de esa postal, existe otra Costa Blanca: una tierra interior que sorprende con valles fértiles, sierras escarpadas, pueblos auténticos y un ritmo de vida tranquilo, perfecto para un viaje slow y sostenible.

Pueblos con historia y alma mediterránea

Entre colinas y valles se esconden pueblos con encanto que conservan su esencia mediterránea. No te pierdas:

  • Guadalest: un pintoresco pueblo fortificado, colgado en la roca, con vistas espectaculares y museos curiosos.
  • Benissa: su casco histórico empedrado y sus casas señoriales te transportan a otra época.
  • Jalón: famoso por sus bodegas y mercadillos, corazón de la fértil Vall de Pop.
  • Llíber: pequeño y sereno, rodeado de viñedos y almendros en flor.
  • Altea: en la costa, pero con alma de interior, sus calles blancas y la cúpula azul de su iglesia conquistan a todos.
Pueblos Costa Blanca
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Naturaleza para descubrir sin prisas

La Costa Blanca interior es un paraíso para senderistas, ciclistas y escaladores. Estas son algunas excursiones que no te puedes perder:

  • Sierra de Bernia: recorre el sendero circular hasta el Forat, una ventana natural con vistas increíbles.
  • Vall de Gallinera: rutas entre cerezos y aldeas abandonadas, ideales en primavera.
  • Barranco del Infierno: conocido como la «Catedral del Senderismo», con más de 6.800 escalones de piedra.
  • Parque Natural del Montgó: caminatas con vistas al mar y a la Reserva Marina del Cabo de San Antonio.

Rutas ciclistas adaptadas a todos los niveles

Pedalear por la Costa Blanca es otra forma de descubrir sus montañas y valles. Desde rutas suaves entre viñedos hasta ascensos exigentes, la zona es ideal para practicar el cicloturismo dentro de España. Refugio Marnes, por ejemplo, ofrece alojamiento para ciclistas y recomendaciones de recorridos con poco tráfico y paisajes inolvidables.

Ruta ciclista Costa Blanca
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Playas y calas para soñar

Si quieres combinar interior y costa, reserva tiempo para descubrir las mejores playas y calas de la Costa Blanca. Destacan la Playa de la Granadella (Jávea), perfecta para snorkel; la Cala del Moraig (Benitachell), rodeada de acantilados; la Cala Ambolo (Jávea), menos masificada; la Playa del Albir (Alfaz del Pi), tranquila y familiar; y la mítica Playa de San Juan (Alicante), amplia y con todos los servicios.

Playa Jávea Costa Blanca
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Festivales y fiestas populares

El calendario festivo de la Costa Blanca es rico y variado. Entre los más conocidos están las Hogueras de San Juan en Alicante, con impresionantes monumentos de cartón y fuego; los Moros y Cristianos de Alcoy y Villajoyosa, que recrean batallas medievales; las Fiestas de la Vendimia en Jalón, donde se celebra la recolección de la uva; y la Fiesta de los Reyes Magos en Alcoi, una de las cabalgatas más antiguas de España. Cada pueblo guarda sus tradiciones vivas, llenas de música, pólvora y hospitalidad.

Sabores locales y productos con identidad

El turismo slow también se saborea. En esta zona encontrarás bodegas familiares que elaboran vinos con uvas autóctonas como la moscatel, pequeños mercados ecológicos y restaurantes que apuestan por la cocina de cercanía. El aceite, la miel, los embutidos tradicionales y las cocas caseras forman parte del alma gastronómica del territorio.

Viñedos Costa Blanca
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Dormir en armonía con el entorno

En el interior de la Costa Blanca, hay alojamientos sostenibles llenos de encanto que combinan tradición y respeto por la naturaleza. Por ejemplo, el Refugio Marnes, un caserío off-grid junto a Benissa que ofrece una experiencia inmersiva y sin prisas. También destaca La Jaima, una lujosa tienda de estilo beduino emplazada en la misma finca, perfecta para disfrutar del entorno en formato glamping. Más hacia Alicante, se encuentra La Ruina, un eco cottage rústico ideal para quienes buscan desconexión en plena sierra. Estos son solo algunos ejemplos de cómo la oferta local combina autenticidad, confort y compromiso ambiental.

Refugio Marnes

Consejos para vivir la Costa Blanca de forma slow

  • Evita las prisas: dedica tiempo a cada lugar y habla con la gente local.
  • Elige medios de transporte sostenibles: la bici es una gran aliada.
  • Viaja en temporada baja para disfrutar del silencio y la autenticidad.
  • Respeta el entorno: sigue los senderos señalizados y consume de forma responsable.

Explorar la Costa Blanca no es solo una experiencia turística: es una forma de reconectar con lo esencial, con la tierra, con lo humano. Un viaje que deja huella en la memoria y en el alma.


Author: Manuel Rosso

Hola, soy Manuel, graduado en Turismo por la Universidad de Sevilla y actualmente estudiante del máster en Planificación y Gestión del Turismo Sostenible. Profesional comprometido con un modo de viajar más consciente y respetuoso, me interesa todo lo que conecta sostenibilidad, descubrimiento y belleza auténtica. Me encanta explorar destinos a pie, descubrir rincones menos conocidos y aprender de cada lugar. Creo que viajar bien también es cuidar lo que visitamos.
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