Venecia no es solo sinónimo de turismo de masas o de exceso de visitantes. Existe otra Venecia compuesta por pequeñas islas y pueblos menos transitados y mucho más auténticos que realmente merecen la pena.
El centro de Venecia está formado por 118 pequeñas islas, conectadas entre sí por puentes. Venecia es una gran isla peatonal, ya que es imposible circular en coche una vez que se cruza el famoso ‘Puente de la Libertad’, que conecta el centro histórico con el interior. En la laguna hay varias islas y aldeas que también forman parte de la ciudad. Vamos a descubrir juntos estos lugares increíbles, menos conocidos, y aún no invadidos por el turismo de masas que amenaza la laguna de Venecia y preocupa a sus habitantes.
Isla de Burano, la perla de la laguna de Venecia

Burano, conocida en todo el mundo por los colores brillantes que caracterizan sus casas y por las leyendas relacionadas con su historia marítima.
La principal característica de Burano son los colores brillantes de las casas que decoran toda la isla. La explicación a esto se encuentra en el hecho de que los marineros, que solían irse por largo tiempo, podían encontrar fácilmente sus casas observando las orillas de la isla, reconociendo el color de su hogar, independientemente de la situación meteorológica.
De hecho, pintar las casas con estos colores brillantes es una práctica reciente relacionada con el hecho de que las casas son altas y estrechas, y así se facilita la delimitación de los límites.


Te recomendamos visitar el Lace Museum, donde encontrarás varias obras maestras que son el símbolo de Burano. Otro lugar que deberías visitar es la Iglesia Parroquial dedicada a San Martín, obispo de Tours, un edificio renacentista con importantes pinturas en su interior que pertenecen a la escuela veneciana.
Isla de Torcello, la Venecia original

Torcello fue la primera isla habitada de la Laguna y hoy en día solo cuenta con una decena de habitantes, aunque hace mil años vivían aquí más de treinta mil personas. Entre ellas se encontraba el escritor estadounidense Ernest Hemingway, quien pasó una larga temporada en esta isla.
Torcello es un lugar que recomendamos visitar si quieres adentrarte en el pasado de la historia veneciana, en un ambiente tranquilo. Otro rasgo importante de esta isla son los fenómenos naturales del eustatismo y la subsidencia. El primero hace referencia al aumento del nivel del mar, y el segundo al hundimiento repentino o asentamiento gradual del suelo.
Te sugerimos visitar los restos de la iglesia de San Juan, un monasterio benedictino que fue demolido a comienzos del siglo XIX. También te recomendamos cruzar el famoso Puente del Diablo, que te llevará al centro a través de un sendero recientemente restaurado, evitando así las calles más concurridas del centro.


Isla de Mazzorbo, el pueblo más grande de la Laguna

Mazzorbo está situada a lo largo del canal que conecta Torcello con Venecia, y es otro pequeño pueblo veneciano que solo cuenta con diez casas, cada una con su propio patio y jardín. La etimología del nombre nos proporciona un dato histórico importante: el hecho de que este solía ser el “Pueblo Mayor” de la laguna norte, es decir, el centro político y económico más importante justo después de Torcello. Aquí se producía sal, que fue un elemento clave en la historia de la República de Venecia.
Una vez llegues a esta pequeña isla, deberías visitar el campanario de Valverde y la iglesia de Santa Catalina. Este campanario data del siglo XIV (concretamente del año 1318) y alberga la campana más antigua de toda Europa y de la laguna.
Isla de San Francisco del Desierto, un oasis de paz y oración

Según la tradición, esta isla se llamaba “Do Vigni” y fue el lugar donde San Francisco desembarcó tras un largo viaje en un barco veneciano que zarpó desde Tierra Santa. La leyenda cuenta que fue recibido por el canto de miles de pájaros. Después de la muerte del Santo, se construyó la primera iglesia dedicada a San Francisco de Asís, y más tarde se edificó también un convento. Posteriormente, tanto la iglesia como el convento fueron completamente demolidos, pero en 1858 fue posible restaurar los ábsides del oratorio y los cimientos de la antigua iglesia. Actualmente, es un oasis de oración para muchos hermanos franciscanos.
La isla de San Francisco es fácilmente accesible en barco desde Burano y está abierta toda la semana de 9 a 11 y de 15 a 17, excepto los lunes. Dentro, puedes participar en una visita guiada llevada a cabo por un hermano franciscano que te ayudará a comprender la historia de este lugar. También tendrás la oportunidad de visitar el patio del convento y apreciar algunas obras de arte y pinturas.



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Imagen de portada: vía Unplash